Sin miedo al éxito.

Hablemos de retos, de la incomodidad y de lo desconocido.

La vida funciona de forma peculiar aunque a su vez perfecta. Valoremos porqué. Lo mundano, la cotidianidad y el día a día están llenos de desafíos, de una forma u otra, en tu vida personal, en el trabajo, en la universidad, con tus relaciones… en cualquiera de sus manifestaciones la vida nos presenta con circunstancias que nos presentan dilemas que nos hacen avanzar, o tal vez en su momento, resistirnos.

Todo aporta, haciéndome cuestionar el porqué de ciertas llegadas, de personas o de circunstancias, y aquí entre tantas “posibilidades”, entre tanto ajetreo, la vida naturalmente nos presenta situaciones en las que nuestros dogmas, nuestra mentalidad inconsciente o aquellas ideas construidas por el sistema, se ven enfrentadas.

Encajando la presencia de los retos y los desafíos, voltear hacia adentro con consciencia y en lugar de preguntarnos, ¿Por qué me está pasando esto?, el reconsiderar nuestros diálogos a ¿Qué me está enseñando esto?, puede hacer por completo la diferencia. Nada es realmente malo, todo es una oportunidad para evolucionar y a continuación te cuento porqué.

 

Una pequeña historia…

Inquieta de cuerpo y de mente, les quiero compartir un proceso que me hizo detonar cierta actitud en mi, que espero expresarla pueda detonar algo en ti.

Recuerdo la primera vez que me impulsé como nunca. Cuando recién empezaba en el mundo del “fitness” y a hacer ejercicio con un propósito, me puse como meta correr medio maratón (21 km). Sin meterme a una carrera, entrené y me preparé para mi y por mi, no por una medalla o por algo que alcanzar, puesto que lo veía como algo diferente, como una forma de entender más mi entrenamiento ya que en aquel entonces mi mayor pasión era la nutrición y el movimiento, me llamaba la resistencia, la disciplina y sobre todo la libertad que viene al correr.

Entre semana iba al gimnasio, fortalecía el músculo, hacia carreras de rapidez o por intervalos de alta intensidad y los domingos hacia mis carreras largas, amaba tanto esos espacios porque me daban el tiempo de escuchar a mi cuerpo y a mi mente, de reconocer la pesadez o la ligereza a través de los alimentos, la importancia de hidratarse correctamente, el cuidado a la respiración, el calentamiento previo y posterior o el reconocer el cansancio de la semana, haciéndome conectar de una manera muy linda y presente con mi cuerpo. Recuerdo los entrenamientos y lo bien que se sentía terminar una carrera más, de verdad que sentía de manera muy clara el progreso, sobre todo cuando los números en los km van aumentando.

Y aquí un paréntesis, ya que en aquella etapa de mi vida, ver una marca, un tiempo o un número eran mi indicador de éxito. En algunos momentos llegué a tomar una actitud controladora y perfeccionista que me llevó a limitarme en ciertos aspectos personales y volteando atrás era claro que no eran sanos, sin embargo, hoy en día reconozco que el progreso se puede ver de muchas formas, unas veces más ocultas y con menos franqueza que otras, también a partir de actitudes mucho más conscientes y llevaderas, por lo que si tenemos en mente que estamos en movimiento, a nuestra manera, con el paso de los meses o los años voltearemos atrás y podrás reconocer aquel progreso de distintas formas y con mayor claridad.

Aquí te comparto algunas fotos de ese proceso :)

 

A través de aquello reconozco que mentalmente y físicamente me abrí a un proceso que me ayudó a descubrirme de una nueva manera y a seguir buscando ese sentimiento a través de otras cuestiones, por eso te quiero invitar a buscar esa incomodidad, esa resistencia mental amoldable y ese reto que estoy segura puedes lograr, algo importante aquí es aceptar y abrirnos al fracaso, puesto que ninguna persona que este caminando estará exenta de el, no todos los días se tienen las ganas pero está en nosotros reconocer que cualquier esfuerzo es efímero, que todo aporta a un bien mayor y que si la vida nos lo permite, habrá un nuevo día y una nueva oportunidad para volver a intentar.

Otro motivador y no menos importante es reconocer nuestra mortalidad, no como algo negativo, sino como algo que nos de la fuerza para recordar que nuestro tiempo es limitado, que el momento es hoy, ya que es un proceso más por el que todos y todas tendremos que pasar y por lo mismo, creo yo, que deberíamos de aprovechar nuestros días de la mejor manera que podamos, experimentando con o sin miedo.

 

Espero de todo corazón que hayan podido encontrar algún diálogo que les aporte en su caminar, gracias por leerme y por llegar hasta aquí, todo es un proceso perfecto y están en SU momento perfecto, siempre ténganlo en cuenta, hasta la próxima ;).

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